miércoles, 28 de mayo de 2008

Cartas a mi amada

Carta número 1:

Querida mía
Un martirio atenuante debo confesarte
Y es que sin ti vivir ya no puedo
Cada minuto, cada segundo…
Tú haces que mi tiempo devenga una sucesión infinita

Tan es así, amada mía
Que la existencia agónica me resulta
Por no poder tenerte
Y sé que es algo espantoso
Algo horrible y deplorable
El deseo por querer tener a alguien
Pero así te suplico, amada mía
Que mi existencia reconozcas
Y me permitas colocarte un collar de ahorque…

No se que veo en ti
No puedo describirte
Pero eso poco me interesa
Mas esta intensidad que me produces
Agónica me resulta
Al menos hasta que ti
Mi dulce amada
Mi existencia apruebes
Y en tu pecho me tomes

Así te suplico, cual insoportable demanda
¡Ámame!, ¡Se mía!
Pues continuar viviendo sin ti
No, eso ya no puedo


Carta número 2:

¡Basta!, ¡Me ahogas!
El aire me extraes
Tu presencia bienvenida ya no es
¿Acaso tan débil eres, que siquiera un espacio ínfimo me dejas?

Sí, te amé
Pero mi existencia insoportable ahora haces
Por eso te suplico
Te demando
Te ordeno
Que en paz me dejes
Que solo me dejes

Metáforas bonitas no pienso utilizar
Solo quiero expresar el desagrado que me produces
Las entrañas me corroes
Una negra bilis eres
Mis órganos destruyes

Esta asfixia…
¡Vete! ¿Acaso no ves que no me dejas respirar?
Una inmunda cucaracha…
Sin metáforas te lo digo
Pues eso eres para mí
Amada mía, esta ironía llegó a su fin
Sentirte ya no deseo

Y mi existencia destruyes…
Y lo siento, pero eso ya no lo voy a permitir
Me alejo por mi bien
Esta sensación agónica que me provocas
A su fin ha llegado


Carta número 3:

Un solo deseo tengo
Y es ya no tener ojos
Pues verte con él, amada mía
Me pulveriza
Pero con eso no bastaría
Pues la sensación aún así no cambiaría

Sé que idiota en el pasado fui
Y de mi te alejé…
Arrepentido estoy
El continuo sufrimiento que mi existencia es
Pago suficiente representa por mi error
Más el dolor se multiplica
Pues verte con él… pues verte con otro…

Me niego a aceptarlo
Con mi suplicio te demandó
Que tu atención divina
Hacia mí dirijas
Pues bien lo sabes, mi amada
Que ese otro jamás amarte podrá como yo a ti

Y así un grito expelo de mis entrañas
Pues el dolor intolerable es
¡Ámame como yo a ti!... ¡Deja a un lado a él!
¿Acaso yo no te basto?
¡Perdón te pido de rodillas!
Un nuevo comienzo te demando


Carta número 4:

Libre eres, mi amada, pues a lo ínfimo renunciaste
Y ahora que así es
Un martirio atenuante debo confesarte
Y es que sin ti vivir ya no puedo
Cada minuto, cada segundo…
Tu haces que…
Oh… espera, amada mía
Ya lo comprendí
Finalmente entiendo
Que solo escribo para los muertos…

3 comentarios:

Lp dijo...

Lindas las cartas.. ya te lo había dicho igual.. :)
Gracias por la clase, sos re buen profe jajaj
Te quiero nerd! :P
Leti

Ble Pez dijo...

Dejá de robarle a Jardín de Iglesa vo'

Ble Pez dijo...

Fe de erratas: Iglesia